jueves, 19 de mayo de 2011

CUENO DE MAYO/Muamar Gadafi

Hoy es quince de Febrero, y exactamente, las cuatro y media. Me llamo Noa, tengo 14 años, y se puede decir que acabo de mantener relaciones sexuales con Muamar Gadafi, bueno, porque soy su sirvienta y cada vez que me ve cerca me viola, intenta aprovecharse de mí.
Estoy ahora en una habitación pequeña, en Libia, y estamos bajo tierra, porque se están intentando cargar a Gadafi.
Yo si no fuera una sirvienta también estaría contra él, porque es un asqueroso, pero es que es él quien me da comida, casa y ropa.
El otro día estaba toda la familia junta en el comedor, para ver si tenían escapatoria. Era un debate, y algunos estaban de acuerdo con los Rebeldes. Yo pienso, que como le encuentren, se lo van a cargar, yo primero le haría sufrir, y, cuando no pueda más, le mataría.
Bueno, esta carta ahora la quemaré, porque si la encuentran, me matarán a mí, así que, bueno, aquí dejo mis pensamientos.

miércoles, 4 de mayo de 2011

CUENTO DE ABRIL/ Trampantojo

Estaba Lucia tumbada en su cama, era viernes, ya había llegado del instituto, y acababa de terminar de comer. Pensaba, pensaba y pensaba, pero no se le ocurría nada para hacer por la tarde.
A la hora más o menos, se despertó, se había quedado dormida. Fue al baño, se despejó un poco, y bajó las escaleras para ir al salón. El salón era muy grande, y en él se encontraba la cocina, o sea que era un salón comedor. En la cocina estaba su madre, y al verla se dirigió a ella, le dio un abrazo, y la preguntó:
-Mamá, ¿que puedo hacer esta tarde?- y su madre respondió -Pues yo me voy acercar al 'Islazul' porque tengo que hacer la compra, ¿me acompañas?- y Lucia que no tenía nada que hacer, le respondió -Vale- y se fue a tumbar al sofá.
Al cuarto de hora, su madre se le acercó, y le hizo una seña con la mano, expresándola que se iba, ella apagó la tele, se puso los zapatos se fue.
Llegaron al centro comercial, y ¡qué casualidad! fue llegar y besar el santo, aparcaron nada más llegar.
Entraron, subieron las escaleras mecánicas, y a la izquierda se encontraba el Mercadona, y a la derecha había muchísima gente alrededor de un hombre. A Lucia le llamó la atención, y su madre que la conocía le dijo que fuera a ver qué pasaba, que luego entrara a buscarla dentro, y ella asintió con la cabeza, pero sin dejar de mirar aquella multitud, probablemente, ni la escuchó.
Se acercó y se quedó asombrada: un hombre estaba haciendo un abujero y a la misma vez una torre.
Pero luego lo vio mejor, un hombre de carne y hueso estaba haciendo el dibujo, solo era un Trampantojo, era que un señor hacía un dibujo pero parecía real, y la encantó, tanto que se quedó allí toda la tarde, mirando como pintaba el dibujo.
A las dos horas o así, vio una señora a lo lejos, que salia con un montón de bolsas del Mercadona, entonces recordó, ¡su madre! y fue corriendo hacia ella, se lo explicó todo, y las dos salieron del Islazul, pero Lucia, antes de salir, se giró, y echó una última mirada al dibujo.

CUENTO DE MARZO/ La adivina

Hace años consulté a una adivina y me dijo que cuando cumpliera los veinticinco conocería al amor de mi vida.
Yo mismo pregunté como sería, alto, bajo, rubio, moreno...pero nada, no me dijo ni una palabra más. Desde entonces, cada año que pasaba, cada cumpleaños que celebraba, mi deseo siempre era el mismo, 'que cumpliera los veinticinco ya', pero nunca se cumplían, y daba por hecho, que la profecía de la adivina tampoco se cumpliría.
Ahora, 24 años más tarde, me veo aquí, sentada en el salón de mi casa, con la televisión encendida, con una taza de chocolate caliente, y contándole, bueno más bien escribiendo parte de mi vida en un simple cuaderno. Por cierto, hoy tengo 24 años, pero mañana cumpliré los 25, y estoy ansiosa, feliz...no sé, muchas cosas, y me pregunto, '¿y si se hace realidad?'
No sé, lo mismo era una simple señora que por veinticinco perras se inventaba una historia, pero debo ser realista, y si en todos estos años mi sueño no se ha cumplido, no creo que una simple profecía lo haga. Pero, por si acaso, apagaré la tele, me beberé el chocolate, me arreglaré, y me iré de compras.
Y aunque mañana no pase nada, siempre será la fiesta más esperada de mi vida, mi fiesta de los 25.